El arte del featuring

Con un poco de ayuda de mis amigos

Las colaboraciones musicales entre artistas en la actualidad son moneda corriente. Sin embargo, en su mayoría dejan mucho que desear, ya que se sienten forzadas o poco inspiradas. Aún así, hay una “banda” que entendió la fortaleza de este recurso y la convirtió en su identidad.

Gorillaz en vivo en el 2005. Fuente: Pinterest

Por: Anita Cattorini

Si hay algo que definió a la escena musical de estos últimos años, entre otras cosas, fue el featuring. ¿Qué es esto? El featuring (que en los títulos de las canciones se abrevia como feat o ft), también conocido como colaboración, sucede cuando uno o más artistas son invitados y contribuyen musicalmente en la canción de otro/a cantante. Otra forma de este recurso que también está muy presente últimamente es el remix, que se da cuando se le agrega a un tema ya existente un verso adicional de parte de otro artista.

Hay dos principales razones de por qué las colaboraciones y/o remixes se volvieron tan comunes al punto de saturación: la primera, y la más importante, es que son un método de marketing muy rentable a la hora de promocionar una canción o un artista. Si sos nuevo en el vecindario y necesitas legitimidad, nunca viene mal que alguien importante y reconocido te apadrine. Y si sos un artista cuya popularidad viene en picada, una colaboración con alguien que está en boca de todos y te puede presentar a nuevas generaciones cierra por todos lados. Además ¿quién no quiere escuchar a dos artistas que te gustan participar en algo juntos?; la segunda razón es que las nuevas tecnologías facilitan estas colaboraciones, puesto que, si se quiere, la/el cantante puede grabar su parte en su teléfono, enviarlo y listo: featuring hecho.

Feat es la abreviación que usa para las colaboraciones musicales.

Este recurso musical puede dar como resultado productos de gran impacto y muy ricos artísticamente. La colaboración entre la banda de rock Aerosmith y el grupo de hip hop RUN DMC, Walk this waydemostró, en 1986, que dos géneros que parecían completamente distintos podían coexistir perfectamente, y revivió la carrera de los rockeros de Boston en el proceso. “Under pressure” marcó la reunión de dos pesos pesados de la música como lo fueron Queen y David Bowie y sigue siendo recordada hasta el día de hoy. Pese a quien le pese, el remix de “Despacito” con Justin Bieber le presentó al público angloparlante la música latina, al mismo tiempo que le abrió la puerta de nuevos mercados a la misma. Y así muchos casos más.

Cuando falla una colaboración, usualmente es porque los estilos de los artistas no se mezclan bien o porque son muy notorios los hilos de las compañías discográficas para conseguir un hit fácil, “juntando” dos o más figuras populares pero sin mucha o nula interacción entre las partes involucradas, haciendo que el producto final se sienta vacío e incoherente musicalmente. La fatiga de colaboraciones que se está experimentando actualmente se puede atribuir a esto último: gente corporativa no entendiendo cómo es la dinámica del featuring y tratando de ganarse unos pesos sin tener que hacer mucho esfuerzo (la canción con Madonna y Maluma es el perfecto ejemplo). 

Sin embargo, es posible convertir a la colaboración en tu identidad y que no se vuelva agotador.

Damon Albarn junto a Mos Def. Fuente: Zimbio

Gorillaz es una banda virtual británica formada en 1998, con el cantante Damon Albarn y el historietista Jamie Hewlett como las mentes maestras detrás del proyecto. Albarn se encarga de la parte musical mientras que Hewlett de la imagen y el diseño. El hecho de que Albarn sea quien tiene la batuta a la hora de la música permite que el grupo tenga la libertad de llevar su sonido para el lado que él quiera y, especialmente, que sea capaz de adaptarse al estilo de sus artistas invitados.

The Sound Machine, el último proyecto de la banda. Fuente: Wikipedia

Porque si hay algo que caracteriza a Gorillaz y su sonido es que está dictaminado por los invitados que colaboran en sus canciones. De esta forma, en un mismo álbum puede haber temas desde el género hip hop/trip hop hasta el rock/punk y el dance, pasando por el reggae. Así, la identidad sonora de este grupo virtual son sus colaboraciones y la impredictibilidad que ello conlleva.

Pero, y acá es donde está la magia de los featuring que realiza Gorillaz, Albarn invita a participar a artistas con quien le interesaría trabajar o que admira. No hay intervención de corporativos o discográficas insistiendo llamar a X persona para tener mejores ventas; simplemente Damon viendo la oportunidad de colaborar con gente que le resulta interesante.

Es por esto que el listado de sus colaboradores es tan ecléctico, ya que puede ser un artista cubano de 73 años (Ibrahim Ferrer) o una rapera londinense que recién comienza (Little Simz). Las posibilidades son infinitas, y el hecho de que estos invitados, en su mayoría, no sean conocidos a gran escala, hace que las canciones resulten frescas y originales. Además de presentarle al público masivo músicos/as que de otra forma no tendrían esa exposición (cualquier persona menor de 30 que diga que conocía a De La Soul o Del the Funky Homosapien antes de Gorillaz, miente).

La banda actualmente está sacando material nuevo cada 15 días, aproximadamente. Cada canción con uno o más artistas distintos. Aún 19 años después de haber lanzado su primer sencillo, logran generar interés en el público con las simple preguntas “¿con quién irán a colaborar ahora?”, “¿cómo sonará su próximo tema?” Nada mal teniendo en cuenta que el mercado está saturado a más no poder de colaboraciones.

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